La Mujer en las Canciones de Rock Nacional:
Una mirada Psicoanalítica.
Lic. en Psicología: Martin Manquepí.
Antes de sentarme a escribir, me pregunte: ¿Qué es lo que pretendo decir en este trabajo? Y ¿De qué manera lo voy a decir? Me pareció idóneo entonces, hacer una conjunción de dos temáticas que me gustan mucho como son, la música, más precisamente el rock nacional y el Psicoanálisis. De esta manera poder pensar a la mujer desde allí. Intentaré pues en el presente trabajo, hacer Psicoanálisis aplicado. Para ello me propuse hacer tres apartados. El primero denominado “Encuentros y desencuentros entre sexo, género y feminismo “a fin de poder hacer una discriminación de estos conceptos que muchas veces tendemos a confundir o incluso considerarlos la misma cosa. El segundo apartado, “¿Psicoanálisis, culpable? Tratando de desmenuzar consideraciones conceptuales del Psicoanálisis, acusadas por el feminismo muchas veces de falocéntricas. En el tercer y último apartado, denominado “Análisis de la psiquis de nuestras canciones”, tomaré algunas canciones de Rock Nacional y sobre las mismas intentaré practicar breves ensayos desde las teorías Psicoanalíticas.
Encuentros y desencuentros entre sexo, género y feminismo.
Muchas son las aristas que presenta nuestro queridísimo rock nacional como género. Pero no es mi intención ahondar en lo musical, sino más bien, en lo literario de algunas de sus letras.
Existen seguramente una infinidad de canciones inspiradas en mujeres, (de amor, de despecho, de amores no correspondidos, de desencuentros), en fin, canciones que muchas veces generan distintos efectos en nuestro psiquismo. Me he propuesto entonces, hacer un breve recorrido a fin de sondear las connotaciones que ha ido tomando la mujer desde todas sus dimensiones, mostrando el contraste que han ido generando también los distintos escenarios socio históricos en nuestro país.
Existen canciones en las que el protagonista es una especie de poseedor de la mujer, donde incluso se devela cierta misoginia en las mismas, como por ejemplo, algunas frases ilustrativas al respecto, “soy comandante de tu parte de adelante” (A Calamaro) o “no me lleven flores a mi tumba, lleven putas”. (Villanos) o “la rubia tarada, bronceada, aburrida”(Sumo) o “somos los piratas, nos gusta la aventura, las noches de bailanta, después del cabaré, nos vamos para el sauna”( A Decadentes).
Me pregunto entonces, ¿Hasta que punto existe una jerarquía de género que avala entre otras cosas la cosificación de la mujer? Esta pregunta y me abrió un abanico de posibilidades, creo que a priori, el género seria una construcción cultural, pero seria importante tratar de lograr la deconstrucción de este concepto.
Me surgió la necesidad entonces, de discriminar tres conceptos claves: sexo, género y feminismo, ya que muchas veces tendemos a considerarlos como la misma cosa.
Sexo, podríamos pensar que es el resultado de lo estrictamente biológico (macho-hembra). En cuanto al Género, Butler (1990) considera que, son los significados culturales que acepta el cuerpo sexuado, y este se construye a través del tiempo. Entonces me pregunto ¿Qué pasa si las personas, no se corresponden con las normas de género impuestas, teniendo en cuenta que es una construcción?
Podríamos pensar por otra parte, que lo femenino es también una construcción cultural, es el traje que vendría a investir al propio género, a partir de una serie de características, valores y comportamientos de los que se supone, que una mujer debe apropiarse, lo que hace por ejemplo sin ir mas lejos, que una niña tenga que jugar a las muñecas muchas veces en contra de su verdadero deseo.
Creo también, como mencioné anteriormente, las épocas han ido mostrando sus distintos contrastes, por ejemplo, podemos comparar dos conocidas canciones. Por un lado, Muchacha ojos de papel de Spinetta, “muchacha ojos de papel, a donde vas quédate hasta el alba” “y no hables mas muchacha, corazón de tiza, cuando todo duerma te robaré un color” o “duerme un poco y yo entre tanto construiré, un castillo con tu vientre hasta que el sol, muchacha te haga reír, hasta llorar”.
Esta es una canción que denota mucha delicadeza, es cuidadosa, y responde a una época de mucha censura y de mucha convulsión política y social como fueron los finales de los sesenta, es toda una declaración de amor, pero a la misma vez, creo que esta cargada de erotismo, de sexualidad muy bien velada por el autor del tema, inevitablemente me remonto a lo de “duerme un poco y yo entre tanto construiré, un castillo con tu vientre”, le esta diciendo a la muchacha nada mas ni nada menos, que le va hacer el amor, que va a dar paso a lo carnal, además, le esta construyendo inconscientemente todo un proyecto de vida allí dentro, como si estuviera muy latente incluso la idea de paternidad, como si dijera, un castillo donde vos, yo y nuestros hijos viviremos felices.
La otra canción citada es, Putita de Babasonicos, una canción más actual que en este caso también habla de una muchacha pero de una manera más desfachatada, “sos tan espectacular, que no podes ser mía nada mas, tenes que ser de todos” o “ya se, que el camino a la fama, no significa nada si no hay una misión, cual es, hacerte muy putita, probar tu galletita con toda devoción”. La letra está cargada de erotismo también y propone liberación, el solo hecho de incluir la palabra putita, es toda una provocación, pero a la misma vez es valida en tiempos de total libertad o libertinaje de expresión o por lo menos eso suponemos. También hay cierta desacreditación creo, de la representación de la mujer posmoderna, esto de que para tener reconocimiento tiene que ser una putita, pues, ¿en que contexto? ¿no será esto una visión casi anárquica del término?
¿Psicoanálisis, culpable?
En Tres ensayos sobre teoría sexual, (1905) Freud, considera que provoca gran sorpresa enterarse de que hay hombres cuyo objeto sexual no es la mujer, sino el hombre, y mujeres que no tienen por tal objeto al hombre, sino a la mujer. A esas personas se las llama de sexo contrario o, mejor, invertidas; y al hecho mismo, inversión. Los invertidos muestran, además, una conducta diversa en su juicio acerca de la particularidad de su pulsión sexual. Algunos toman la inversión como algo natural, tal como el normal considera la orientación de su libido, y defienden con energía su igualdad de derechos respecto de los normales, otros se sublevan contra el hecho de su inversión y la sienten como una compulsión patológica.
A partir de esto, me pregunté, ¿Hasta que punto la heterosexualidad tiene una matriz de obligatoriedad?, ¿Qué es lo que resultaría tan abominable para el feminismo entonces, en relación a la teoría psicoanalítica?, ¿Por qué es acusada de Falocéntrica? De inmediato, me surgió la necesidad de remontarme, a algunas breves consideraciones del Complejo de Edipo.
En el Sepultamiento del complejo de Edipo, (1924), Freud considera que, la niñita, que quiere considerarse la amada predilecta del padre, forzosamente tendrá que vivenciar alguna seria reprimenda de parte de él, y se verá arrojada de los cielos. El varoncito, que considera a la madre como su propiedad, hace la experiencia de que ella le quita amor y cuidados para entregárselos a un recién nacido. Alguna vez el varoncito, orgulloso de su posesión del pene, llega a ver la región genital de una niñita, y no puede menos que convencerse de la falta de un pene en un ser tan semejante a él. Pero con ello se ha vuelto representable la pérdida del propio pene, y la amenaza de castración obtiene su efecto con posterioridad.
El complejo de Edipo ofrecía al niño dos posibilidades de satisfacción, una activa y una pasiva. Pudo situarse de manera masculina en el lugar del padre y, como él, mantener un comercio con la madre, a raíz de lo cual el padre fue sentido pronto como un obstáculo, o quiso sustituir a la madre y hacerse amar por el padre, con lo cual la madre quedó sobrando. No tuvo aún ocasión alguna para dudar de que la mujer tiene un pene. Ahora bien, la aceptación de la posibilidad de la castración, la intelección de que la mujer es castrada, puso fin a las dos posibilidades de satisfacción derivadas del complejo de Edipo. En efecto, ambas conllevaban la pérdida del pene, una, la masculina, en calidad de castigo, y la otra, la femenina, como premisa. Si la satisfacción amorosa en el terreno del complejo de Edipo debe costar el pene, entonces por fuerza estallará el conflicto entre, el interés narcisista en esta parte del cuerpo y la investidura libidinosa de los objetos parentales. En este conflicto triunfa normalmente el primero de esos poderes, el yo del niño se extraña del complejo de Edipo.
Freud, continúa exponiendo que, las investiduras de objeto son resignadas y sustituidas por identificación. La autoridad del padre, o de ambos progenitores, introyectada en el yo, forma ahí el núcleo del superyó, que toma prestada del padre su severidad, perpetúa la prohibición del incesto y, así, asegura al yo contra el retorno de la investidura libidinosa de objeto. Las aspiraciones libidinosas pertenecientes al complejo de Edipo son en parte desexualizadas y sublimadas, lo cual probablemente acontezca con toda trasposición en identificación, y en parte son inhibidas en su meta y mudadas en mociones tiernas. Con ese proceso se inicia el período de latencia, que viene a interrumpir el desarrollo sexual del niño. No veo razón alguna para denegar el nombre de represión al extrañamiento del yo respecto del complejo de Edipo, si bien las represiones posteriores son llevadas a cabo la mayoría de las veces con participación del superyó, que aquí recién se forma. Pero el proceso descrito es más que una represión, equivale, cuando se consuma idealmente, a una destrucción y cancelación del complejo.
También el sexo femenino desarrolla un complejo de Edipo, un superyó y un período de latencia, pero las cosas no pueden suceder de igual manera que en el varón. El clítoris de la niñita, se comporta al comienzo como un pene, pero ella, por la comparación con un compañerito de juegos, percibe que es demasiado corto, y siente este hecho como un perjuicio y una razón de inferioridad. Durante un tiempo se consuela con la expectativa de que después, cuando crezca, ella tendrá un apéndice tan grande como el de un muchacho. Es en este punto donde se bifurca el complejo de masculinidad de la mujer. Pero la niña no comprende su falta actual como un carácter sexual, sino que lo explica mediante el supuesto de que una vez poseyó un miembro igualmente grande, y después lo perdió por castración. Así se produce esta diferencia esencial, la niñita acepta la castración como un hecho consumado, mientras que el varoncito tiene miedo a la posibilidad de su consumación.
Mucho más que en el varón, estas alteraciones parecen ser resultado de la educación, del amedrentamiento externo, que amenaza con la pérdida de ser amado. El complejo de Edipo de la niñita es mucho más unívoco que el del pequeño portador del pene, según mi experiencia, es raro que vaya más allá de la sustitución de la madre y de la actitud femenina hacia el padre. La renuncia al pene no se soportará sin un intento de resarcimiento. La muchacha se desliza a lo largo de una ecuación simbólica, diríamos, del pene al hijo, su complejo de Edipo culmina en el deseo, alimentado por mucho tiempo, de recibir como regalo, un hijo del padre, parirle un hijo. Se tiene la impresión de que el complejo de Edipo es abandonado después poco a poco, porque este deseo no se cumple nunca. Ambos deseos, el de poseer un pene y el de recibir un hijo, permanecen en lo inconciente, donde se conservan con fuerte investidura y contribuyen a preparar al ser femenino para su posterior papel sexual.
Inevitablemente luego de exponer algunos lineamientos de la teoría Psicoanalítica, ahora si me parece importante exponer algunos lineamientos del Feminismo ya que este en gran parte, se ha dedicado a acusar al Psicoanálisis de ser una teoría falocéntrica. El Feminismo es un movimiento social que boga por los derechos de la mujer, ante la primacía de lo patriarcal que rige y determina estereotipos, tenemos que pensar, que el Feminismo como movimiento según Butler, (1990) no busca ser superior al masculinísimo sino mas bien, la igualdad de derechos, o sea, no buscaría el derrocamiento de leyes, sino, la creación de nuevas que hagan a tal igualdad. No se trataría de una polaridad, no seria pues un régimen totalitario. El feminismo trataría de proponer, una sexualidad pos genital por así decirlo, liberado de las construcciones heterosexuales.
Me surge luego de las consideraciones psicoanalíticas expuestas, hacerme las siguientes preguntas, ¿El feminismo boga entonces por la caducación de las teorías psicoanalíticas?, a fin de cuentas, ¿Nuestra sexualidad se definiría entonces por la posesión o no de un pene?
Podríamos a partir del Feminismo hacer una crítica a lo misógino de algunas canciones de rock. Sin ir mas lejos me refiero al famoso “yea yea nena, dámelo todo, hoy voy hacerte mía”, y acá podríamos considerar a la mujer como objeto de manipulación del macho, actitud que solemos ver no solo en las letras, sino también, en la performance casi abominable de algunos rockeros que parecen gozar y abusar de su condición de ídolos y se alimentan del fervor femenino en sus recitales. Como si amar fuese poseer, como si la mujer fuera blanco de distintas manipulaciones con o sin su consentimiento, esto seria hablar de cosificación.
Citaremos nuevamente dos conocidas canciones de distintas épocas , por un lado, Rock del gato de Ratones Paranoicos, dice, “quiero verla en el show, es como un gato siamés, su cola arde en el risco, espero que alguna vez, al ver sus ojos me de, alguna noche de hotel” o “en mi boca no hay control, me voy cayendo a sus pies, las piernas son un abrigo, al menos no moriré, si todo me sale bien, lo haré de nuevo otra vez”
Nuevamente acá otra visión casi extrema de la mujer, la compara con un gato, la convierte en objeto netamente sexual, el sexo casual y demás.
Por otro lado, citaremos a un clásico de principio de los ochenta, Seminare de Serú Giran, dice, “Quiero ver, quiero entrar, nena nadie te va hacer mal, excepto amarte” o “ te doy pan quieres sal, nena nunca te voy a dar, lo que me pides, te doy Dios, quieres más, es que nunca comprenderás a un pobre pibe” o “esas motos que van a mil, solo el viento te harán sentir, nada mas, nada mas, si pudieras olvidar tu mente frente a mi, se , que tu corazón, diría que si”
Esta es una visión mas romántica podríamos suponer de la mujer, muy bien lograda también por el autor del tema, y digo esto, porque el mismo esta describiendo lo que se considera la histeria femenina adolescente, algo con lo que coquetean a menudo también las canciones de los rockeritos argentinos. Y claro, el chico le da pan, luego la chica quiere sal, le da Dios, pero la chica quiere más, y el pobre pibe, lo único que quiere es estar con ella, amarla.
Creo que el rock gozó tanto de la idolatría e histeria femenina, que incluso algunos rockeros hoy pagan las consecuencias tras las rejas. Esto claro, luego de la hoya destapada a partir del auge de las políticas sobre derechos humanos impulsadas sobre todo en los últimos quince años. Por ejemplo, el “me las voy a coger a todas” de un conocido exponente del rock, era festejado en sus recitales, pero hoy, estas declaraciones son totalmente repudiables.
Análisis de la psiquis de nuestras canciones: algunos ejemplos.
En este apartado, me interesa desmenuzar algunas letras, tratando de llegar a la esencia de las mismas, a través de una mirada psicoanalítica desde algunas de sus principales escuelas.
Massacre.
Mi mami, no lo hará:
–Puedo ver, puedo ver, no puedo encontrarte.
-Puedo ser, puedo hacer, no puedo alcanzarte.
Que la canción lleve el titulo que lleva, “Mi mami no lo hará”, inevitablemente me lleva a pensar en ese vinculo tan dialectico y fundamental entre Madre-hijo, tan determinante como ya sabemos para nuestro psiquismo. Podemos en un primer momento imaginar al infante buscando a ese objeto tan necesario (la Madre), aunque como sabemos, la ausencia de la misma tomará coordenadas catastróficas para el recién nacido, será en ese momento entonces que este experimentará temor, bronca, dolor, displacer, esto es lo que el Psicoanálisis Kleiniano a dado a llamar el pecho malo, podríamos decir.
Luego dice, “puedo ser, puedo hacer, no puedo alcanzarte”, claro, porque sin ella el infante se siente incompleto, por eso puede ser y hacer, pero solo en presencia de la Madre, porque está parcializada, es un objeto parcial por el momento.
-Veo todo sin ver y siento algo crecer.
-No puedo abarcarme.
Lo que siente crecer es el deseo, el deseo de que este objeto primario esté siempre junto a el y que lo satisfaga cada vez que lo necesite, porque como ya sabemos el infante los primeros meses de vida, no comprende a la Madre como un objeto ajeno de si, cree que ambos son la misma cosa, no distingue el binomio del yo- no yo, y el “no puedo abarcarme”, puede aludir a esa relación de dependencia que tiene con ella, porque el no puede valerse por si mismo.
Aunque por otro lado, también podemos pensar que el “veo todo sin ver” es negación, el crecimiento le resulta algo tan doloroso que no puede ver, no quiere ver, no puede enfrentarse con el dolor del crecimiento.
-Hoy me encontré, un juguete de verano.
-Aunque no quiero mostrártelo.
-Vos nunca lo sabrás, mi mami no lo hará.
Esto puede aludir a otro concepto importante del Psicoanálisis, como es el de objeto transicional, donde el infante para ir suplantando la ausencia de la Madre, toma probablemente un objeto, tal vez un juguete, un peluche, una sabana y el aquí proyectará momentáneamente sus sentimientos de amor pero también de odio. Aunque también podríamos suponer, que el juguete de verano que encontró, es la masturbación de su propio pene. No olvidemos que en Klein, el juego es una actividad sublimadora que permite la descarga entre otras cosas de fantasías de masturbación.
Pero podemos ir incluso mas allá, tal vez podemos pensar que este objeto que el niño encontró, le recuerda a un objeto que probablemente vio durante la escena primaria, es decir, en la que presenció el coito entre sus Padres, tal vez podría tratarse de un objeto fetiche de la sexualidad genital adulta, como un taco, una media, un látigo, un consolador, o incluso en casos mas extremos, el propio pene del Padre. Podría ser que tal vez por este motivo el niño no quiere mostrárselo a su Madre como dice la canción, porque lo relaciona con el coito donde el Padre le da amor a la Madre, pero a la misma vez piensa que le está infligiendo daño, esta excitación en el niño al presenciar semejante escena le provocará la angustia de castración, todo esto en la etapa preedipica. He aquí el, “mi mami no lo hará”, por que el niño intentará sepultar esta escena tan traumática y avergonzante.
-Cualquier cosa me podrías mostrar.
-Aunque un día estés en el aire.
-Cualquier cosa, podrías arreglar.
En estas líneas considero necesario traer a colación la idea de pecho bueno, ya que podríamos suponer que es el objeto que provee satisfacción, cariño, alimentación, el que lo acoge y le da calor y placer al niño, por esto la Madre está en el aire, porque la idealiza, allí omnipotente, proveedora, suficientemente buena y por eso el cualquier cosa podrías arreglar, porque en presencia del pecho bueno todo es posible para el. Cuando el niño comienza a integrar ambos objetos bueno y malo, de los cuales ya hemos hablado, pasará de la llamada posición esquizoparanoide a la posición depresiva, esto insisto según el Psicoanálisis Kleiniano al que hemos tomado como principal referencia para este ensayo, el niño se da cuenta de que los objetos a los cuales ama y odia, son un mismo objeto (objeto total). Entonces aparecerá acá la ansiedad depresiva, el niño sentirá culpa y teme por el daño que ha hecho al objeto amado con sus impulsos agresivos, entonces intentará reparar el daño suministrando amor y cuidado a sus progenitores.
-Pero no puedo crecer, aunque no quiera crecer o no puedo.
-Abrazame así, abrazame fuerte.
A partir del reconocimiento de la Madre como objeto total, le pide que lo abrace fuerte, pues claro, el sentimiento de culpa por haberla utilizado como objeto de descarga de su agresividad, hace que la necesidad de reparación sea muy grande. El abrazame fuerte es porque el niño no quiere separarse de la Madre y soportar el dolor psíquico que implica la posición depresiva.
-Siento venir el huracán, puedo crecer, aunque no pueda soñar.
-Tiempo, miedo, me niego a esperar.
Este abatimiento que simboliza el huracán, es porque los niños en la posición depresiva, pasan por periodos de dolor y ansiedades semejantes a los que sufren los adultos cuando enferman de depresión o de psicosis maniaco-depresiva, pues el sujeto oscilará entre ambas posiciones durante toda la vida.
Por último, creo importante incluir el duelo también en este periodo, y por eso el, abrazame fuerte, porque el niño a fin de preservar la unión entre sus Padres y el amor hacia ellos tratará de controlar sus deseos edipicos. La posición depresiva repetirá el duelo entonces por el pecho y no solo es un momento evolutivo del desarrollo temprano, sino también, una configuración psíquica que se repite durante toda la vida frente a situaciones de perdida tanto externas como internas, es entonces, la perdida de la Madre como objeto amado, la que se revive con cada perdida del adulto.
Divididos.
Triste brillo de un canchero:
-Pasaje a ningún lugar, domingo ultima estación.
-Volviendo de lo mismo, ventanilla, cine y tren.
En el primer párrafo me da la sensación de que el autor del tema intenta reflejarse o reflejar a alguien (no lo sabemos), volviendo a su casa luego de un típico día domingo, ventanilla, cine y tren, casi como una resignación.
-Techitos de chalet, tanques de agua de barquito.
-Garúa en suspensión, brillo triste de un canchero.
En el segundo párrafo, el autor entristece aun mas la escena, garua en suspensión, agrega lluvia, lo gris, y el “triste brillo”, es el brillo de un canchero tan canchero, que la cosa se le fue de las manos, (un alguien o tal vez el propio autor, no lo sabemos).
-Arrodillo labio en vino, besos que son de otro.
Me cuesta mucho interpretar esta frase tan particular, pero me da la sensación de tristeza, de perdida, imagino esto del vino para ahogar las penas de aquella buena moza que ahora entrega sus besos a otro.
-Amas de casa lavando ropa.
-En el fondo del océano.
Inevitablemente considero que acá el autor del tema trae a colación a su propia Madre, como una forma de refugiarse de tanto abatimiento, aunque, por otro lado también esta imagen puede aludir a la ama de casa que pudo ser, pero que no fue, a la que probablemente el tipo idealizó y proyectó en ella a los que haceres de su propia Madre, una cuestión de género. En cuanto a la frase, en el fondo del océano, la interpreto como una especie de souveniere, como un decorativo de la frase que viene a sepultar en el fondo del océano nada más y nada menos, a esta mujer idealizada, sobre investida de maternidad.
–Sentado todo pasa, el Mundo gira igual.
-De culpas y de mitos, de hambre y de amor.
Con la primera frase, imagino a ese niño sentado en la falda de su Madre o sostenido en los brazos de la misma encontrándose en total zona de confort en ese vínculo de apego. En relación a la segunda frase, no me queda otra mas que entender esto como una cuestión edipica, la culpa como una cuestión reparatoria de un Superyó que empieza a forjarse, pues el niño renuncia a su Madre porque entiende que esta le pertenece a su Padre y da un paso al costado a fin de mantener el amor de sus progenitores.
Luego dice, “de hambre y de amor”, obviamente el varoncito luego de haber renunciado a la Madre, deberá buscar nuevos objetos de deseo, que supuestamente le proveerán de las mismas gratificaciones de las que alguna vez proveía la Madre.
-Nacen Madres y nacerán, chupetes vomitarán.
-Pezón, pezón perdón, pezón, pezón, que grande sos.
Bien, en cuanto a la primera frase, interpreto que hace referencia a la maternidad masiva y sin sentido, sin ser proyecto. Creo que el autor lo expone de una manera despectiva donde el, “chupetes vomitarán”, serán las consecuencias de esta maternidad sin sentido, consecuencias que claro, pagarán los chupetes recién nacidos.
Por último, “pezón, pezón, perdón, pezón, pezón, que grande sos”. Acá el tipo le pide perdón al pezón de su Madre, tal vez por haberlo sexualizado, por convertirlo en objeto de deseo, podríamos reconocer chupete, como un equivalente de pezón. Al mismo tiempo reconoce también, cierta grandiosidad en ese pezón, que alguna vez lo alimentó y le permitió crecer. Podemos pensar también a este “pezón perdón”, por el hecho de haber sido blanco de manifestaciones agresivas del bebé en la etapa de lactante, donde el bebé solía depositar entre otras cosas, sus dolores, frustraciones y displaceres.
Sumario:
Desde hace ya un buen tiempo, he tenido distintas conversaciones con un amigo que mantengo desde la infancia, la mayoría de estas son sobre rock, me refiero específicamente a discos, críticas, nuevas tendencias, escándalos, historia, intentos de análisis de algunas letras, formaciones, estilos, conciertos, tribus, rock y política, entre lo principal. Por otro lado, mi profesión, me invita constantemente a sumergirme en el interminable océano llamado Psicoanálisis, del que también muchas veces en estas conversaciones anteriormente mencionadas hemos intentado extraer algunos conceptos como alicientes para ver como podrían relacionarse con problemáticas tan en boga y complejas que muchas de las canciones que escuchamos diariamente ponen en tela de juicio y muchas de ellas en relación a la mujer. Haber tenido la posibilidad desde chico, de consumir tanta música con atención y disfrute, de haber tenido una faceta también como músico en alguna etapa de mi vida, de haber asistido a distintos recitales, junto con mi formación académica en simultaneo, me motivaron de alguna manera a dejar registro de todo este bagaje. Antes de sentarme a escribir, me pregunte: ¿Qué es lo que pretendo decir en este trabajo? Y ¿De qué manera lo voy a decir? Me pareció idóneo entonces, hacer una conjunción de dos temáticas que me gustan mucho como son, la música, más precisamente el rock nacional y el Psicoanálisis. De esta manera poder pensar a la mujer desde allí. Intentaré pues en el presente trabajo, hacer Psicoanálisis aplicado. Para ello me propuse hacer tres apartados. El primero denominado “Encuentros y desencuentros entre sexo, género y feminismo “a fin de poder hacer una discriminación de estos conceptos que muchas veces tendemos a confundir o incluso considerarlos la misma cosa. El segundo apartado, “¿Psicoanálisis, culpable? Tratando de desmenuzar consideraciones conceptuales del Psicoanálisis, acusadas por el feminismo muchas veces de falocéntricas. En el tercer y último apartado, denominado “Análisis de la psiquis de nuestras canciones”, tomaré algunas canciones de Rock Nacional y sobre las mismas intentaré practicar breves ensayos desde las teorías Psicoanalíticas.
Bibliografía :
-Butler, J. (1990). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós.
-Freud, S. (1924). El sepultamiento del complejo de Edipo. Obras completas. 5° ed. Tomo 19. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores 5ª reimpresión-1992.
-Freud, S. (1905). Tres ensayos de teoría sexual. Obras completas. 5° ed. Tomo 7. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores 5ª reimpresión-1992.