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PREJUICIOS PSICOANALÍTICOS

PREJUICIOS PSICOANALÍTICOS

– Rubén Zukerfeld A Mauricio Chevnik

Introducción: ¿movimiento o disciplina?

Como usted sabe, en mi trabajo he sacrificado, sin el
menor reparo y tanto como he podido, la unidad, la
integridad y el sentimiento de satisfacción intelectual
exclusivamente por la seguridad.

Sigmund Freud.
Carta a Lou Andreas Salomé del 7 de octubre de 1917

En 1999 Richard Webster escribe un libro (Por qué Freud estaba equivocado. Pecado, ciencia y psicoanálisis, Ediciones Destino, Buenos Aires, 2002) donde dedica toda su argumentación a demostrar en Freud mesianismo y actitud adoctrinadora. De este modo cuestiona no solo ciertas teorizaciones sino la forma de caracterizar sus descubrimientos clínicos. La lectura cuidadosa de sus argumentos permite descubrir que la “equivocación” freudiana está siempre asociada a una supuesta infiltración religiosa nada menos que en el autor del Porvenir de una Ilusión. Sin embargo esta contradicción se explica cuando se percibe que Webster critica al Freud fundador de lo que se llama movimiento psicoanalítico y tiene que reconocer su diferencia con el Freud preocupado por la construcción de una disciplina científica. Así es que estudia y caracteriza el nacimiento del psicoanálisis en relación con el “[…] ascenso académico de Freud, acompañado por la formación a su alrededor de un reducido círculo de devotos discípulos que reforzó aquella fe suya, durante tanto tiempo mantenida, no sólo en haber hecho un descubrimiento que estaba llamado a redimir al mundo sino en estar en posesión de unas verdades que, así se lo dictaba su deber, debía ahora propagar con sumo celo” (pag.295) Pero por otro lado Webster también afirma que “[…] sin duda parte de la información reunida por Freud resulta de un interés científico genuino” (pag.279)
Cuando hoy en día nos preguntamos sobre la clínica psicoanalítica en nuestro ámbito en estos últimos cuarenta años, es importante delimitar estos dos aspectos que suelen estar muy intrincados en el estudio y desarrollo de la clínica psicoanalítica. De hecho cualquier dato clínico puede ser evaluado con la mirada propia de la curiosidad científica o la de la confirmación religiosa.. Esta última posibilidad que se encuentra presente en mayor o menor medida en toda intervención –lo cual es natural- pero que se infiltra insidiosamente en las teorizaciones, se convierte en un problema importante para el desarrollo teórico y clínico del psicoanálisis actual. Se trata –a nuestro modo de ver- de una modalidad procustiana propia de una actitud en realidad prejuiciosa frente al observable clínico. Es por eso que el objetivo de este trabajo es valorar la evolución de la clínica psicoanalítica en estos últimos cuarenta años teniendo en cuenta los prejuicios que pueden existir en la mente del analista configurando una subjetividad perturbadora de su práctica y constituyendo una debilidad para el desarrollo de la disciplina.

1 Prejuicios y psicoanálisis

1.1 Ricardo Bernardi (1993) señala agudamente la existencia de “[…] un campo oscuro cuyo estudio está abierto, que tiene que ver con los supuestos implícitos que influyen en la forma como el analista se representa el proceso terapéutico” y “[…] que no coincide exactamente con la contratransferencia” ya que “[…] estos supuestos existen antes de que llegue el paciente […] tocan aspectos que tienen que ver con su propio proceso de formación, sus amores y odios inconscientes […] sus figuras de autoridad , todos sus conflictos internos con la comunidad analítica” (la cursiva es nuestra).
Creemos que este autor se refiere a la noción de prejuicio que el diccionario define como: “Juicio que se tiene formado sobre una cosa antes de conocerla. Generalmente tiene sentido peyorativo significando ideas preconcebidas que desvían del juicio exacto. Idea rutinaria sobre la conveniencia o inconveniencia de las acciones desde el punto de vista social, que cohibe el obrar con libertad.” (Maria Moliner, Diccionario de Uso del español, Gredos, 2nda Edición, Madrid, 1998). Y también como: “Creencia u opinión preconcebida. Idea rutinaria acerca del comportamiento impuesta por la educación o el medio.” (Manuel Seco, Olimpia Andrés, Gabino Ramos, Diccionario del Español Actual, Editorial Aguilar, Madrid, 1999) Obsérvese que las definiciones académicas se refieren a dos tipos de cuestiones: las tradicionales que aluden a lo que se formula antes de ser conocido, y por otro lado a las “ideas rutinarias” que traen consecuencias en limitar la libertad de acción
1.2 La definición de psicoanálisis de mayor peso académico y ortodoxia es la que da Freud en los artículos para la Enciclopedia (1922-3) que es la que utiliza Laplanche y Pontalis y los Estatutos de la Asociación Psicoanalítica Internacional
Psicoanálisis es -de acuerdo a su fundador y a la organización que fundó- el nombre no de una sino de tres cosas :1) un método para la investigación de procesos mentales prácticamente inaccesibles de otro modo 2) un método basado en esta investigación para el tratamiento de los trastornos neuróticos 3) una serie de concepciones psicológicas adquiridas por este medio y que en conjunto van en aumento para formar progresivamente una nueva disciplina científica (las cursivas son nuestras).
Es de observar que esta es una triple definición que abarca niveles diferenciables pero no jerárquicos: esto significa que es posible investigar psicoanalíticamente, tratar psicoanalíticamente y sistematizar los conocimientos obtenidos y en los tres casos se practica el psicoanálisis.

2. Los tres psicoanálisis ortodoxos

2.1 El método nuevo de investigación creado por Freud que llamaremos psicoanálisis I ha sido usado en la clínica y en diversas áreas del quehacer humano y sus producciones culturales. Como método de exploración de fenómenos inconscientes implica realizar una experiencia introspectiva o de observación de ciertas producciones de acuerdo a ciertas reglas. Es comparable a otros métodos que tienen el mismo objeto de estudio, es decir aquellos “procesos inaccesibles”.
2.2 La psicoterapia psicoanalítica (es decir psicoanálisis que llamaremos II) es un conjunto de procedimientos que se desarrollan dentro de un vínculo formalizado (encuadre) donde –como mínimo- uno de sus integrantes tiene en cuenta las nociones de inconsciente, campo transferencial e historia subjetiva, y realiza intervenciones de distintas características cuyo objetivo es brindar ayuda al padecimiento de cualquier origen del otro integrante o paciente.
2.3 Los datos obtenidos a partir de una cierta cantidad de experiencia proporcionada por el psicoanálisis I y el psicoanálisis II , ordenados y contrastados de acuerdo a la lógica del método científico, constituyen una disciplina considerada habitualmente a mitad de camino entre las ciencias sociales y las naturales que llamaremos psicoanálisis III. Cuando por lo general se afirma algo “desde el punto de vista psicoanalítico” se alude a una explicación que utiliza categorías desarrolladas de acuerdo a la tercera definición de psicoanálisis
2.4 De todos modos lo que interesa aquí es realizar algunas reflexiones sobre lo que habitualmente se entiende como “clínica psicoanalitica”, es decir todo lo relacionado con las vicisitudes propias del psicoanálisis II o sea la psicoterapia psicoanalítica. Se trata entonces de estudiar lo que sucede cuando alguien que padece algo realiza una consulta y aspira a aliviarse o curarse de aquel padecimiento. Este psicoanálisis es entonces el que constituye una terapéutica con sus indicaciones, contraindicaciones, estrategias y distintos procesos. Es sabido como se ha desarrollado la psicoterapia psicoanalítica en los últimos cuarenta años de ser solo un tratamiento nuevo para neuróticos adultos, a serlo para niños, parejas, familias, grupos y para casi toda condición patológica.
Sin embargo hoy en día pensamos que subsisten “ideas rutinarias” en la clínica psicoanalítica que constituyen obstáculos que a veces pasan desapercibidos y tiñen el proceso terapéutico y el desarrollo de la disciplina. Este planteo se basa en la secuencia lógica que se inicia en la mente del analista, más allá de la contratransferencia, y que implica supuestos que influyen en sus actitudes que -de acuerdo a lo que pensamos- son tan definitorias para la evolución clínica como la patología del paciente. Entendemos entonces –sin intentar ser exhaustivos- que existen cuatro grupos de prejuicios sobre los que conviene reflexionar.

3. Los cuatro prejuicios fundamentales

3.1 Prejuicios deterministas o el horror a la novedad
Constituyen el tipo de creencias que sostienen que lo que sucedió es lo que va a suceder si no interviene el psicoanálisis. En realidad el capital descubrimiento freudiano de la sexualidad infantil y los desarrollos sobre las experiencias tempranas, y en especial la noción teórica de repetición configuran en la mente del analista una actitud que hace depender el cambio psíquico casi exclusivamente de la actividad interpretativa. En este sentido hay una larga historia de minimización y escepticismo acerca de las mejorías que pueden producirse en un paciente si estas no son producto exclusivo de la secuencia interpretación-elaboración. Por lo general en el dominio de este prejuicio se encuentra la idea rutinaria de que el cambio depende solo de la intervención psicoanalítica desvalorizando el valor terapéutico de ciertas experiencias vitales o de otros recursos terapéuticos médicos o sociales. En este sentido la clínica psicoanalítica queda autolimitada para comprender por ejemplo el fenómeno de la resiliencia definida como la capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad ( Grotberg,2001 ). Se trata de una noción que fue descripta inicialmente en niños que han tenido desarrollos adaptativos exitosos pese a condiciones de contexto muy adversas que predecían lo contrario. Sus historias –como las de muchos otros que han atravesado situaciones límite- son claramente contraintuitivas y estimulantes de la curiosidad científica. Del mismo modo –y como parte ahora de la cotidianeidad clínica- es de observar en diversos pacientes, cambios significativos a partir tanto de circunstancias vitales inesperadas como de intervenciones o actividades fuera del campo analítico (grupos, cursos, lecturas, vínculos). Sin embargo muchas veces la valoración del analista de estas circunstancias o de los recursos fuera de su dominio, es escasa y muchas veces rechazada. Existe en la mente del analista una idealización de su propio saber correlativo a una suerte de “horror a la novedad” extra-analítica. Esta idealización porta a su vez el germen de lo que en el futuro puede convertirse en decepciones acerca del valor del instrumento analítico.
Un ejemplo ilustrativo es el de la paciente D. que consulta por una larga historia de rupturas de pareja que la hacen sentir siempre abandonada. Después de tres años de tratamiento conoce a través de Internet a un hombre que vive en una ciudad europea. Establece paulatinamente una relación que culmina con un pedido de él para que ella viaje a Europa para conocerse. La analista interpreta el viaje como “más de lo mismo”. El clima transferencial se torna moderadamente negativo, la paciente viaja, deja el análisis y la analista lo siente como un fracaso dado “que no pudo frenarla en su acting”. Tres meses después recibe un llamado de la ex –paciente que le comenta que consiguió trabajo en esa ciudad en la que va a establecerse y que planea casarse.

3.2 Prejuicios de hermetismo o el horror al número

Se trata de ciertas ideas rutinarias que existen en la mente de los analistas acerca de que lo que sucede dentro del tratamiento que se denomina psicoanalítico es inobservable e inevaluable por un observador externo Por lo general la idea –justificada- de que cada caso es único, cuando se convierte en una idea rutinaria obliga a a pensar que lo que se produce en el marco terapéutico es un hecho artístico que no se podría formalizar en una serie. Esto constituye un serio problema no tanto para el psicoanálisis I sino para el psicoanálisis III y sus derivaciones sobre el psicoanálisis II ¿Por què?. Porque la defensa acérrima de estas ideas autoexcluye al psicoanálisis de las disciplinas científicas pero también de los abordajes terapéuticos que exigen determinada efectividad. Roger Perron (1999) en su reseña sobre la posición de los psicoanalistas de habla francesa acerca de la investigación en psicoanálisis, plantea que “el abordaje clínico es el único que puede ser usado, y que cualquier intento de someter los datos de las sesiones a los criterios de las ‘ciencias duras’ y tratarlos luego por técnicas derivadas, puede destruir el objeto mismo de la investigación”. De este modo se fortalece la idea de un arte terapéutico que puede comprenderse en su práctica clínica pero que no produce conocimiento para el psicoanálisis III. Así es que Peter Fonagy (1999) señala que “lo que es frustrante es que los psicoanalistas han tendido a aceptar el argumento de que la complejidad impide una definición inequívoca y es una razón adecuada para rara vez intentar operacionalizar sus conceptos y frecuentemente adherir a la ambigüedad como principio”. De este modo inclusive la investigación clínica on line –propia del psicoanálisis I- queda limitada en sus alcances y la investigación off line es directamente anatematizada en una suerte de “horror al número” es decir a cualquier procesamiento sistemático.
Un ejemplo de este problema se produjo en una discusión entre colegas acerca de la presentación de un proyecto de asistencia psicoanalítica para una institución médica. Uno de ellos –en el marco de la discusión- sugiere que a los pacientes que inician tratamiento se les evalúe sus síntomas depresivos con alguna escala o cuestionario para comparar esos datos al cabo de un año e inclusive presentarles a los médicos ciertos resultados. La propuesta es rechazada “porque esa no es la función de ellos como psicoanalistas y porque un ‘posicionamiento melancólico’ no es medible”.

3.3 Prejuicios solipsistas o el horror a lo biológico

Consiste en la certeza de que lo que le sucede a un paciente se explica solo por el psicoanálisis Aquí la clínica psicoanalítica ha tenido una evolución importante en los últimos 40 años desde el rechazo a priori de las explicaciones de otras disciplinas para determinados hechos clínicos hasta la tendencia actual más interdisciplinaria y de trabajo teórico-clínico sobre problemas comunes
El prejuicio solipsista se expresa en un aislacionismo autosuficiente que encuentra su justificación histórica en la necesidad de autopreservarse y fortalecer el movimiento psicoanalítico. En algunos momentos se ha manifestado como temor y en otros como arrogancia, pero en todos los casos la influencia de este prejuicio en la clínica psicoanalítica implica el rechazo a la intervención de otras disciplinas. Fonagy (1991) plantea claramente la existencia de obstáculos a la integración tanto con las neurociencias como con otras corrientes de la psicología. Así es que refiriéndose a las disciplinas neurobiológicas señala que “[…] la respuesta ha sido defensiva más que de bienvenida a estos notables avances del conocimiento”. Este prejuicio –cuya caricatura sería la del “horror a lo biológico”- se puede manifestar en la clínica cotidiana desde el rechazo a priori de una intervención psicofarmacológica hasta la omisión de pensar en condiciones patógenas definidas y explicativas de ciertas manifestaciones de un paciente. Hoy en día inclusive ciertas malapraxis pueden vincularse con prejuicios solipsistas. Un ejemplo puede ser el de la paciente S. que pasa por dos tratamientos psicoanalíticos presentando fuertes síntomas de insomnio que son vinculados a su insatisfacción conyugal y peleas permanentes con su hija adolescente analizados desde la rivalidad edípica. Si bien estas cuestiones eran parte de su problemática su sintomatología disminuye cuando se diagnostica y se trata su consumo permanente de anorexígenos durante los dos tratamientos.

3.4 Prejuicios de uniformidad o el horror a la ayuda

Se trata aquí de entender las “ideas rutinarias” que afirman que lo que sucedió y lo que sucede se trata profundamente de un solo y único modo que se denomina técnica psicoanalítica. Ya Thomä y Kächele (1989) plantearon que la utilidad de las intervenciones terapéuticas se evalúa por el cambio en el paciente; si este cambio no se produce las intervenciones deben ser cambiadas. Aquí el problema fundamental es determinar si existe una única técnica psicoanalítica a partir de la confusión –estudiada desde distintas perspectivas- entre método y técnica. No es ocioso recordar que Freud en 1918 escribe que “las variadas formas de enfermedad que tratamos no pueden tramitarse todas mediante una única técnica”. Tal vez en este punto es donde mas se ha puesto en evidencia la definición de prejuicio como aquello que “cohíbe obrar con libertad”. Así es que en la historia del psicoanálisis rioplatense sucedió a veces que un material clínico en el que no existían interpretaciones transferenciales no era considerado psicoanalítico. Son este tipo de prejuicios los que generan históricamente problemas identitarios y brechas insatisfactorias entre teoría y clínica . Por eso conviene remarcar que la clínica psicoanalítica es el nombre dado a la actividad que realizan los psicoanalistas clínicos quienes por definición practican el psicoanálisis II o psicoterapia psicoanalítica en sus diversas modalidades técnicas Esta forma de psicoterapia es comparable en su proceso y sus resultados con otras formas de psicoterapia como la cognitiva, la conductual o la sistémica, pero estrictamente no puede ser comparada con el psicoanálisis1 porque este es un método de investigación que la origina y no un método terapéutico que por definición incluye una variada tecnología apropiada a cada caso y situación ( Jimenez,1993). Esto quiere decir que frente a un paciente lo que hace un psicoanalista es psicoanálisis II o psicoterapia psicoanalítica. Sin embargo ciertas ideas rutinarias consisten en establecer a priori supuestas diferencias a partir por ejemplo de la frecuencia de sesiones. Es así que en la jerga cuando a un paciente se lo trata una vez por semana se dice que se hace “psicoterapia” y si fuera tres o más se dice “que se analiza” atribuyéndole rutinariamente profundidad al segundo caso.
En realidad este prejuicio de uniformidad suele estar asociado a lo que hemos denominado “horror a la ayuda” para el que se combinan una precaria concepción de la noción de neutralidad y una pobre idea de lo que significa apoyo. Una colega de mucha experiencia escuchaba atentamente el relato de un colega de menor experiencia que describía el caso de una paciente suya que había sufrido una pérdida afectiva importante y que se sentía desconsolada y no quería continuar su tratamiento. Su sugerencia fue: “no podés hacer nada por ella; por eso dale apoyo, contenerla, nada más…” (La cursiva es nuestra). La preocupación de ambos partía de la suposición latente que la actividad clínica consiste en interpretar o…nada.

Reflexiones Finales: solo hay futuro en la disciplina
“Estoy convencido de mi opinión, pero se que el
convencimiento subjetivo no es una demostración de peso
acerca de la corrección de una opinión
Ángel Garma. Carta Nº8 a Otto Fenichel, Setiembre de 1941

“… es menos importante exhibir nuestras convicciones y
transmitir nuestro conocimiento, que mostrar como, a la
luz de la actual experiencia y práctica, estamos
cuestionando nuestras convicciones y conocimientos.”

Daniel Widlocher, 42ª Congreso Asociación
Psicoanalítica Internacional, Niza, 22-27 de Julio ,2001

Es muy probable –como lo demuestran distintos estudios en la historia del psicoanálisis- que haya habido mesianismo y adoctrinamiento en Freud y sus discípulos. Así también ha sido en nuestro medio en sus orígenes como hecho propio de pioneros convencidos y convincentes que deseaban desarrollar y difundir los nuevos conocimientos Aún dejando de lado las deformaciones más ostensibles que padeció la clínica psicoanalítica en estos últimos cuarenta años (autoritarismos, descalificaciones, sectas, exclusiones, etc) conviene reflexionar sobre una cuestión más estructural, es decir el necesario pasaje del psicoanálisis de autor al psicoanálisis de problemas . No cabe duda de la importancia de conocer la obra de los grandes investigadores y autores psicoanalíticos. Inclusive no cabe duda de la riqueza teórica que adquiere la clínica cuando es referenciada en tal o cual autor. Pero este indudable beneficio debe ser diferenciado de los “ismos” y de los “anos” más propios de la filosofía, y también de ciertas exégesis dadoras de autoridad y propiedad. El panorama cambia cuando lo que se plantean son problemas a resolver y entre ellos tal vez el más importante es el del valor terapéutico del psicoanálisis. Es sabido que en este nivel todas las formas de psicoterapia incluyen un aspecto artístico irreductible como también sucede en la medicina clínica. En este sentido es precisa la metáfora de Moser (1992) cuando alude a que la tarea psicoanalítica será fructífera “si dos mariposas -arte y ciencia- están sentadas sobre nuestra cabeza al mismo tiempo.”
Pero el problema principal que se plantea en este trabajo es otro y debe ser formulado sin eufemismos: se trata de la infiltración religiosa. En el segundo capítulo del Malestar en la Cultura Freud realiza la famosa cita de Goethe acerca de la importancia de “poseer ciencia y arte” para que no se torne obligatorio “tener religión” Todos los tipos de prejuicios descriptos tienen en común una base de aquella índole que a veces resulta evidente y otras veces queda -riesgosamente- oculta . Así es que cierto determinismo se basa en la idea de un destino prefijado del que solo el sujeto puede redimirse a través de un doloroso proceso que se llamaría psicoanálisis. Asimismo parece claro que las revelaciones obtenidas en este proceso solo pueden ser experimentadas pero no son pasibles de ser evaluadas, y que solo se explican desde adentro mismo del proceso. Y además el componente religioso tal vez más deletéreo es el de obediencia a determinadas reglas de la tradición que brindarían identidad y pertenencia
En la figura 1 puede observarse como la triple definición freudiana del psicoanálisis puede ubicarse en principio en su relación con otras disciplinas científicas (III), con las que espera compartir sus avances, y con otras psicoterapias (II), con las que compite en su valor terapéutico. El óvalo central representa el campo del psicoanálisis abarcado por la triple definición, en interrelación con los otros campos. La presencia genérica del arte en la base implica que -aunque no sea el propósito freudiano- el psicoanálisis podría ser una disciplina artística y esto si bien es discutible es legítimo en su formulación. Pero el verdadero riesgo viene “de arriba”como muestra metafóricamente el gráfico: la religión que porta el “movimiento” que contamina aún hoy en día con su carga de prejuicios a los tres psicoanálisis.

PD, PS, PH y PU: Prejuicios: Determinista, Solipsista, Hermetismo y Uniformidad.
I: Psicoanálisis método de investigación, II Psicoanálisis método terapéutico, III Psicoanálisis disciplina científica

Y cuando decimos “movimiento” nos referimos a cualquier corriente que se auto adjudique ser el “verdadero” psicoanálisis y cuya actividad sea más propia de misioneros o apóstoles que de científicos y/o trabajadores de la salud mental. Una manera de diagnosticar este problema es cuando se percibe demasiada preocupación en la clínica por la “identidad” psicoanalítica: allí es donde el “cirujano de almas” se aliena en el brillo de su bisturí y no repara en la sangre del enfermo Es natural que haya existido un comienzo adoctrinador pero hoy en día la clínica psicoanalítica necesita que el movimiento devenga en disciplina. De allí que además de los recursos intrínsecos de la formación psicoanalítica (análisis personal, supervisión) es fundamental el desarrollo de una actitud de investigación sistemática y de reflexión crítica De este modo es posible que la clínica se desprejuicie a partir de la curiosidad (hacer preguntas), la contrastación (poner a prueba) y la creatividad para mejorar los procedimientos terapéuticos. De este modo también es probable que se fortalezca rigurosamente la disciplina por el conocimiento producido, y adquiera la seguridad -que tanto le preocupaba a Freud en 1917- que permita afirmar, sin prejuicios, que en los problemas más trascendentes no estaba equivocado.-

RESUMEN

En este trabajo se plantea la necesidad de estudiar la evolución de la clínica psicoanalítica en estos últimos cuarenta años teniendo en cuenta una diferenciación entre movimiento y disciplina psicoanalítica. El movimiento como tal fue necesario en los orígenes pero constituye el objeto central de críticas como las de Webster quien le atribuye errores a los descubrimientos freudianos al adjudicarles infiltración religiosa característica de los movimientos. Se plantea que esto se expresa en prejuicios definidos no solo como juicios antes del conocimiento sino también como ideas rutinarias que cohíben la libertad de obrar. Se sostiene en este trabajo que existirían cuatro conjuntos de prejuicios en la mente del analista que podrían estar vinculados con aquella infiltración: el prejuicio determinista, el solipsista, el de hermetismo y el de uniformidad. Corresponden al “horror” a la novedad, al número, a lo biológico y a la ayuda respectivamente e influyen en la clínica psicoanalítica. Se presenta una muy breve ilustración clínica de cada uno y un gráfico general que resume la problemática entre los tres psicoanálisis (método de investigación, método terapéutico, disciplina científica) el arte, la ciencia, las otras psicoterapias y la religión. Se concluye en la necesidad de que el movimiento devenga en disciplina y de este modo sea posible que la clínica se desprejuicie a partir de la curiosidad, la contrastación y la creatividad para mejorar los procedimientos terapéuticos.-

PALABRAS CLAVE

Prejuicios y mente del analista – Movimiento y disciplina – Ciencia y religión – Arte y psicoterapia

BIBLIOGRAFÍA
Bernardi, R. “La focalización en psicoanálisis”. En D. Defey, J.H. Elizalde, y J. Rivera, (eds), Psicoterapia focal, Montevideo: Roca Viva, 1995
Fenichel, O. y Garma, A. “Intercambio epistolar entre Otto Fenichel y Ángel Garma, Revista de Psicoanálisis, L II, 4, 1995
Fiorini, H.”Focalización y psicoanálisis”. En D. Defey, J.H. Elizalde, y J. Rivera, (eds), Psicoterapia focal. Montevideo: Roca Viva, 1995
Fonagy, P. “An open door review of outcome studies in psychoanalysis”. Londres: IPA Report, 1999.
Freud, S.(1918) “Los caminos de la terapia psicoanalítica”, B.N., III
(1922) “Psicoanálisis y la libido. Dos artículos de Enciclopedia”, B.N., III
(1930) El malestar en la cultura. B.N., III
Grotberg, E. “Nuevas tendencias en resiliencia”. En A. Melillo y E. Suárez Ojeda (comps), Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas. Buenos Aires: Paidós, 2001.
Jiménez, J. P. (1993) “El psicoanálisis en la construcción de una psicoterapia como tecnología apropiada”. En D. Defey, J.H. Elizalde, y J. Rivera, (eds), Psicoterapia focal, Montevideo: Roca Viva, 1995
Laplanche, J. y Pontalis, J. B. Diccionario de psicoanálisis, Barcelona: Labor, 1971.
Moliner, M. Diccionario de uso del español, Madrid: Gredos, 1998, 2° Edición.
Moser, U. Two Butterflies on my Head. Berlín: Springer Verlag, 1992.
Perron, R. “An open door review of outcome studies in psychoanalysis”. Londres: IPA Report, 1999.
Pfeiffer, E. (comp.) Freud – Andreas Salome. Correspondencia, México DF: Siglo XXI, 1968.
Seco, M.; Andrés O y Ramos, G. Diccionario del español actual, Madrid: Aguilar, 1999.
Thomä, H. y Kächele, H. Teoría y práctica del psicoanálisis. Fundamentos, Barcelona: Herder, 1989.
Webster, R. Por qué Freud estaba equivocado. Pecado, ciencia y psicoanálisis, Buenos Aires: Destino, 2002.
Widlöcher, D. “Conferencia plenaria en el XLII Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional”, Niza, 2001.

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Jornadas Transandinas

XXXVIII Jornadas Transandinas
Santiago de Chile, sede APCh

VIERNES 24 NOVIEMBRE

15:00 Inscripción. Entrega de material.
15:30 Palabras de bienvenida, Presidenta APCh, Dra. Julia Lauzón.
15:45 Lectura material clínico, presenta Sociedad Psicoanalítica de Mendoza.
16:45 Receso, café.

17:15 Discusión material clínico en grupos.

18:45 Discusión Plenaria.
20:00 Cóctel de bienvenida.

SÁBADO 25 DE NOVIEMBRE
09:00 Presentación correlato teórico, Asociación Psicoanalítica Chilena y correlato técnico, Sociedad Peruana de Psicoanálisis.
10:30 Receso, café.
11:00 Discusión correlatos en grupos.
12:00 Discusión plenaria
13:00 Palabras de cierre: SecretaríasCientíficas, SPM, SPP y APCh.
13:45 Convivencia, cierre Jornadas

INSCRIPCIONES: direccioncientifica@apch.cl fonos: 229523425 – 229523427

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Quienes Somos

PresidenteGraciela Cañete
Secretario Gral.Dr. Fernando Grinberg
TesoreraLic. Elizabeth Renna
Dir. Inst. EnseñanzaLic. Naly Durand
Secretaria CientíficaLic. María Eugenia Valdés

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Congreso

Invitación

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Fotos

Congresos / FEPAL 2014 –  2016

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Jornadas SPM

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Reunión y almuerzo de fin de año

Estimados Miembros, Egresados y Candidatos

FinDeaño

El próximo día sábado 18 de Noviembre llevaremos a cabo la reunión y, posteriormente, el almuerzo de fin de año.

1- De 11,00 a 13,00hs. en la sede de la SPM  “Conversaciones sobre el estado actual de la Sociedad”.

2- Desde las 13,30hs. almuerzo de fin de año.  Lugar a confirmar.

El motivo de ésta es que puedan agendar con tiempo y compartir ambas actividades.

Cordiales saludos

Comisión Directiva

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32º Congreso Fepal Lima, Perú

FEDERACIÓN PSICOANALÍTICA DE AMÉRICA
XXXII Congreso Latino-Americano
DE-CONSTRUCCIONES Y TRANSFORMACIONES
26 a 29 de Setiembre de 2018 – Lima – Perú

http://www.congreso2018.fepal.org/es/index.php

Primera Invitación para presentar Propuestas de Trabajos.

Tenemos el placer de invitar a los miembros y candidatos de todas las instituciones psicoanalíticas pertenecientes a FEPAL, así como a las comunidades académicas, organizaciones de salud, e instituciones culturales a participar del XXXII Congreso Latino Americano de Psicoanálisis, que tiene como tema central DE-CONSTRUCCIONES Y TRANSFORMACIONES.
Con el objetivo de promover una participación significativa de los colegas latino americanos, convocamos a los interesados a enviar trabajos para el Congreso Fepal 2018. Para ello hemos ideado diferentes modalidades de presentación que deberán conformarse a los siguientes criterios:
Las presentaciones y lectura de trabajos tendrán un tiempo máximo de 20 minutos.
Todos los trabajos deberán enviarse en español y portugués, en formato Word, fuente Times New Roman o Arial, tamaño de letra 12, a espacio 1, 5. El trabajo deberá tener entre 6 y 7 páginas, un resumen en ambos idiomas, referencias y palabras clave.
La presentación en Datashow ( a proyectarse ) deberá ser en el idioma alternativo al del presentador.
Las referencias a autores latinoamericanos y el diálogo con el trabajo e ideas de colegas de nuestra región, serán bienvenidas.

Ejes Temáticos

Teoría
Clínica y Técnica
Psicopatología
Cultura y Sociedad
Comunidad
Mitos
Niños y Adolescentes
Formación analítica. Educación y Transmisión
Vínculos – Pareja y Familia
Psicosexualidad. Género. Neosexualidades
Investigación

Para visitar la página del congreso clic aquí

Modalidades de Presentación
Temas libres – Las mesas de trabajos libres tendrán un tiempo total de 90 minutos. Serán agrupados con 2 ó 3 trabajos por mesa con un tiempo de presentación de 20 minutos para cada uno.
Paneles – Consiste en la discusión de un tema a cargo de 2 ó 3 presentadores y un Coordinador. Tendrán una duración total de 90 minutos. Cada panelista podrá disponer de un máximo de 20 minutos para presentar su trabajo.
Talleres – Los Talleres tendrán una duración total de 90 minutos. El objetivo es suscitar el debate sobre un tema determinado. Podrán tener uno o dos presentadores, seguidos de un debate con el público. La dinámica del taller tiene dos momentos: la fase de exposición y la de discusión. Deberá presentarse un resumen que incluya el título del taller, el nombre del presentador, y una breve descripción del contenido.
Pequeños Grupos de discusión – Tendrán una duración total de 90 minutos. Las propuestas deberán incluir un coordinador y un tema a discutirse. Ya que es una actividad participativa, el tiempo máximo para la presentación del tema por parte del coordinador será de 15 minutos. El coordinador será el moderador de una discusión horizontal y deberá estimular a los integrantes del grupo a participar por medio de asociaciones clínicas, reflexiones teóricas, cuestionamientos etc.
Cursos – Consisten en la presentación y desarrollo de ideas sobre un determinado tema desarrollado por uno o varios autores. Los cursos se realizarán a lo largo de tres días consecutivos con una hora de duración cada día. Deberá presentarse: el título del curso, el tema que será desarrollado y el nombre o nombres de quién o quiénes dictarán el curso.
Posters – Deberá enviarse el título y una breve descripción del contenido con un máximo de 2000 caracteres. Los Posters serán entregados el día de la presentación.
Ejercicios Clínicos – Actividad con 90 minutos de duración y que tendrá dos modalidades: una con el analista / presentador presente y que contará con tres debatidores y, otra que constará de casos clínicos enviados por colegas en forma anónima y que también tendrá tres debatidores además de la participación del público.

Con la finalidad de inspirar a los colegas que quieran escribir, la Coordinación Científica enviará en breve sugerencias de subtemas propuestos por varias sociedades de América Latina.
La fecha límite para el envío de los trabajos será el 20 de diciembre del 2017. El envío de trabajos será hará exclusivamente de manera electrónica. La dirección será enviada en una futura correspondencia. La Coordinación Científica organizará, como de costumbre, un sistema de evaluación y selección de trabajos.

26 a 29 de Setiembre de 2018 – Lima – Perú

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IV Simposio Mendoza

Viernes 29 y sábado 30 de septiembre de 2017

-IV SIMPOSIO SOCIEDAD PSICOANALÍTICA DE MENDOZA –

Los ejes de trabajo fueron:

– En la Clínica Actual.
– En intercambio con otras Ciencias y Artes.
– En la Niñez y Adolescencia.
– En la Violencia.
– En prácticas Institucionales y Comunitarias.

Ubicación:

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PREV. TEMPRANA DE TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Lic. Graciela Cañete

Es mi deseo, como integrante de la Sociedad Psicoanalítica de Mendoza trasmitir, desde mis conocimientos y experiencias, información que aporte a una de las temáticas básicas de estas Jornadas: La Atención Primaria y la Prevención.

Se realizará en esta presentación una escueta introducción acerca de las características del desarrollo emocional temprano. Luego un recorrido por las perturbaciones mas frecuentes producidas por alteraciones en ese desarrollo. Se mencionarán, también, otras situaciones traumáticas que pueden dejar huellas patogénicas. Para por último referirnos a algunas alternativas de prevención justamente para morigerar o bien evitar dichas perturbaciones.

Como hemos enfatizado en otros trabajos anteriores, desde la fecundación se produce el comienzo el desarrollo básico, fundante del futuro, corporal, emocional y cognitivo de esa pequeña criatura. Las vicisitudes, todavía en su mayoría desconocidas de la vida en el útero, el momento del parto, con sus características mas o menos traumáticas y los primeros meses de nacido en donde es de suma importancia el vínculo afectivo entre la mamá y el bebé y por supuesto el entorno familiar, en especial la presencia y contención paterna, serán los elementos cuya conjugación harán posible una evolución normal o patológica del infante. Por el otro lado y con la misma valencia están las características individuales, constitucionales, del bebé que le permitirá un buen aprovechamiento de lo que le es dado.

Recordemos que desde Freud y sus discípulos directos y otros autores que han desarrollado sus teorías, en el tema del “Psiquismo temprano”, no hay ninguna duda que la relación emocional establecida entre la mamá y el bebé es alimento primordial.

Podemos inferir ya que el aparato psíquico ha comenzado a tener una rudimentaria actividad dentro del seno materno. Se han observado reacciones fetales a estados anímicos de la madre, a ruidos, a la música, la succión del pulgar, momentos de sueño y vigilia, etc, etc. Suponemos estados de placer y displacer que Bion, psicoanalista inglés, ha llamado “premociones” como también “preconcepciones” o sea conocimientos que deberá comprobar en su relación con el mundo externo. Un ejemplo de “preconcepción”: la existencia de una mamá “pecho” que le dará el alimento y sostén emocional que ha de necesitar por su gran desvalimiento.

Si una vez nacido este encuentro se produce y es satisfactorio podrá descansar, dormir tranquilo hasta la próxima “mamada”. Comienza a sentir momentos de bienestar y desarrollar confianza, o como definía Melanie Klein (Psicoanalista inglesa), se instala en la mente del bebé el “objeto bueno interno”. También habrá momentos de no coincidencia, en los que padecerá los dolores del hambre, sin poder discriminar todavía si lo han abandonado a una muerte inminente dado las intensas contracciones estomacales que padece. Por otro lado, acompaña lo que siente en el cuerpo con “fantasías mentales”, que en un principio son terroríficas, ya que carece del criterio de realidad que irá adquiriendo paulatinamente. Si nació con una aceptable tolerancia a la espera y a la frustración, aunque haya sentido dolor y miedo, podrá recibir lo que la mamá le de cuando se vuelva a acercar, y repetir la experiencia de satisfacción. Estas esperas, con el tiempo, van a ser promotoras de crecimiento cognitivo del infante, ya que permitirá el desarrollo del proceso de simbolización, es decir ante la no presencia concreta de la madre, la podrá representar mentalmente, pensarla.

A su vez en estos tiempos, la mamá le ha prestado su mente, ha recibido las intensas ansiedades, le ha puesto palabras, dándole sentido, y ha realizado las acciones específicas a las necesidades corporales y emocionales de su hijito, dándole el apropiado alivio. También recordemos que estas funciones maternales podrán llevarse a cabo si el equipaje constitucional del bebé lo permite. Si éste fuera altamente agresivo, se transformaría en una criatura difícil de satisfacer: Nada le alcanzaría, por su voracidad. Nada sería de buena calidad, por su envidia primaria. O todo llegaría tarde,” ya no lo quiero”, por su intolerancia a la espera y la frustración. Estos sentimientos si son intensos impiden o dificultan la concreción de un vínculo positivo.

Desde el lado materno alguna de las causas que dificultarían la buena relación tendría que ver con la incapacidad de la madre de conectarse afectivamente al niño dada por ejemplo, una caracteropatía narcisista, o bien estados de duelos no resueltos en donde predomina también la retracción en si misma. El otro extremo estaría dado por una excesiva presencia, dada su necesidad de descargar en niño su propia conflictiva emocional, no conteniendo y dando sentido sino intoxicando y confundiendo su precario funcionamiento autónomo. La psicopatología materna mas un padre ausente pone al bebé en situación de riesgo, funcionamientos, en esta época, cada vez más frecuentes dados los problemas sociales y económicos por los que transcurrimos.

De todos modos el bebé seguirá alimentándose por una cuestión de supervivencia, la mente se verá obligada entonces a disociarse, separar las necesidades específicamente materiales de las emocionales. Estas últimas deberán ser excluidas, descargadas por diferentes vías, y según sean esas vías serán las diferentes patologías.

La mas primitiva sería la depositación de la carga emocional directamente al cuerpo, sin el pasaje por la mente, el órgano afectado generalmente es el más sensible o lábil genéticamente y la enfermedad no tiene como en la histeria un contenido simbólico, es asimbólico. Lo paradójico es que la mente se alivia pero el paciente a veces puede morir. Serían las llamadas Enfermedades Psicosomáticas.

Una grave consecuencia ante un trauma emocional, sea ilusorio o real, es el Autismo. En estos casos la mente autogenera un caparazón duro, protector, a partir de sus sensaciones corporales, encapsulándose en una especie de delirio de negación del mundo exterior por lo que evita la comunicación con el otro. Se aferra a objetos duros, los que serán una prolongación de sí mismo, seguramente como forma de atemperar sensaciones de desmoronamiento mental.

Otra negativa posibilidad de tramitación de estas primeras dificultades sería el establecimiento de una Psicosis Infantil. Lo que en estos niños no ha disminuidos son las primitivas angustias de aniquilamiento propios del bebé por el gran desvalimiento y precariedad de sus recursos. Del mismo modo se mantienen las intensas ansiedades paranoides, ya que el mundo continúa para ellos lleno de fantasmas y peligros. Estas fantasías aterradoras debieron haberse metabolizado a través de la función desintoxicante de la mente materna, situación que no pudo darse en la mayoría de los casos, por lo que esta mente debió hacer una nueva descarga a través de su aparato perceptivo, (apareciendo las alucinaciones y los delirios), aparato que a esta altura ya no puede funcionar adecuadamente. Se produce una confusión entre mundo interno y externo, se vuelven inaccesibles, negativistas, tienen predilección por objetos inanimados.

Puede instalarse, en otros casos, la modalidad de descarga del pasaje directo a la acción, sin la tramitación mental de las emociones y necesidades afectivas. Se trata de las Psicopatías. Al haber desajustes en el desarrollo mental no hay mente que contenga al impulso, por lo que la descarga es inmediata y hacia depositarios externos que serán los que sentirán y actuarán por ellos.

También están las personas que se han superadaptado a la realidad con un gran apego a las cosas materiales, a los éxitos intelectuales, pero su emocionalidad está escindida, guardada en lo más profundo de sí mismo, viviendo una vida falsa, en realidad padecen un estado crónico de un tipo de depresión, que traducen como de “vacío interior”. Algunos autores, como Winniccot los ha llamado pacientes con un “falso self”(Psicoanalista inglés).

Con respecto a la Depresión, recordemos que las pérdidas afectivas dan al aparato mental un trabajo extra, el trabajo de duelo, el que si transcurre por los carriles naturales puede dejar un enriquecimiento personal. Pero si el desarrollo emocional primitivo se ha visto perturbado puede ocurrir, en los casos mas leves una depresión neurótica, el paciente sabe que ha perdido, pero no puede resolver los sentimientos de culpa por las fantasías o impulsos agresivos hacia lo que ha desaparecido de su vida. En la depresión psicótica, la regresión es mas intensa, el Yo se identifica con el objeto perdido y entra en una situación delirante de culpa y reproches.

Otras patologías mas leves pero a veces de una tenacidad extraordinaria, son las Neurosis. La conflictiva se produce entre las exigencias instintivas, el superyo introyectado y la realidad, que no siempre está al servicio de la satisfacción. Las transacciones entre las tres instancias promoverán los síntomas neuróticos con diferentes modalidades: Neurosis Histérica, Fóbica u Obsesiva.

Habiendo hecho este recorrido voy a mencionar situaciones que exceden al vínculo emocional, madre bebe y que lo pueden complicar dejando huellas que perturban también un desarrollo normal. Por ejemplo: Parto prematuro – Niño con deficiencias o malformaciones congénitas- Niño adoptado –Fertilización asistida- Intervenciones quirúrgicas- Cambios frecuentes de domicilio Etc. Por cuestión de espacio voy a detenerme en el primero nombrado, Parto prematuro.

Se trata de un nacimiento antes de tiempo, que por padecer el bebé de inmadurez y bajo peso debe ser internado en terapia intensiva y colocado en una incubadora, lo que implica una separación brusca y traumática de la madre. Por dificultades respiratorias a veces es necesario colocarle dentro de la incubadora una carpa de oxígeno, las que yo he visto eran una cajita de acrílico transparente con la que se cubre la cabeza de la criatura. Además se le extrae sangre para análisis y se lo hidrata y nutre a través de sondas. La madre, según los criterios de las distintas instituciones hospitalarias, pueden estar mas o menos tiempo al lado de la incubadora, a veces acariciando, hablando o cantando al bebe. Será suficiente? Imaginemos esa mente primitiva apabullada de estímulos internos y externos, de una intensidad imposible de metabolizar, sin la contención de los brazos maternos que sostengan, sin sus palabras y su actitud comprensiva, sin la posibilidad de encontrar con el pezón en la boca, esa conjunción esperada de leche y amor que salvan de la catástrofe. Lo mas posible es que la mente del bebé colapse, pero intentando la supervivencia, se pueda dividir y quede apegado a los nutrientes materiales, al calor del ambiente, a la música de la radio que generalmente prenden las enfermeras. ¿Como está emocionalmente esa mamá que en su fantasía ha expulsado al bebé y lo ha expuesto a los peores peligros, aún al riesgo de morir? Hay en ellas una necesidad de estar cerca , de reparar al niño, de observar cada avance o retroceso, pero muchas veces no se les está permitido su presencia por largas horas, por lo que pueden caer, ante la desesperación e impotencia, en estados regresivos, depresiones severas o bien utilizar la negación, “acá no pasa nada” y desentenderse.

En las historias clínicas de los niños mas perturbados es muy posible que haya un período de incubadora, Las alteraciones de conducta son similares y en términos generales son niños hiperkinéticos, agresivos, que no pueden dormir normalmente, con problemas de aprendizaje y de adaptación a la familia y los grupos de pares. Son los adictos a la computadora o juegos mecánicos, no se comunican. Tienen una hipersensibilidad ante los estímulos del exterior, que los hace estar siempre alerta, observando de donde viene el peligro.

Recuerdo un paciente que llegó a la consulta cuando tenía cuatro años. Había estado 15 días en incubadora. Además de los síntomas mencionados más arriba era encoprético y enurético primarios y casi no hablaba, solo monosílabos. Entróal consultorio, pero durante casi un año de tratamiento se sentaba en la sillita, haciendo movimientos ondulatorios, otras veces se recostaba en el diván en posición fetal, durmiendo casi toda la sesión, otras, las menos corría y saltaba alrededor de los muebles. Era muy claro que vivía allí dentro la fantasía de estar en la panza de su mamá aguardando tranquilo porque yo lo cuidaba. Un día sentado en la sillita comenzó a mover sus manos, sus pies, muy lentamente como alguien que se está despertando, siguió con esos movimientos, fue rotando el cuerpo hasta quedar boca abajo, reptando desde el asiento hasta el suelo y cuando llegó al piso me miró como esperando mi ayuda para levantarse. Pudimos comprender los dos cómo necesitó reproducir en sesión la estada dentro de la panza, para salir de ella en tiempo adecuado, había “nacido, pero cuando ya estaba listo”. Fue un momento de intenso encuentro emocional que permitió que con el tiempo pasara a otros estados mentales mas evolucionados y comenzara su crecimiento.

Podemos pensar que este niño tuvo, dentro de todo, suerte. A pesar de que en los primeros momentos tan difíciles, los papás hicieron todo lo posible para estar cerca del bebé, en terapia intensiva y luego en su casa, esto no alcanzó para que no se produjeran desajustes y defensas extremas como el desconectarse de los afectos del mundo exterior. Este niño es ahora un hombre, profesional y padre de familia. Digo tuvo la suerte que sus padres advirtieran lo extremo de la situación y pidieran ayuda psicológica para ellos, cuando vieron que ya no podían solos con el niño recurrieron a la terapia psicoanalítica la que tuvo resultados positivos. Pero este no es el destino de la mayoría de los niños nacidos prematuros.

Tomaremos ahora el sendero de la prevención en atención primaria, y no siendo una especialista en el tema a nivel de instituciones hospitalarias me explayaré en ideas generales a toda circunstancia y contexto.

Creo necesario que nos hagamos una pregunta todo integrante del equipo de atención primaria: ¿Puedo tomar medidas educativas, correctivas y preventivas no conociendo los fundamentos teóricos y prácticos acerca de lo que se trata? ¿Puedo pertenecer a un equipo interdisciplinario(básicamente médicos, psicólogos y trabajadores sociales), si no estoy de acuerdo en prestar atención a los mismos factores aunque vistos desde diferentes punto de vista, que no excluyen sino complementan?

Yo, como psicóloga y psicoanalista ¿puedo descreer y desestimar que una deformación del cuerpo calloso cerebral es uno de los motivos de las convulsiones y graves problemas de conducta de la paciente que estudiamos, y que la situación sociocultural de la familia que deja abandonada a la niña en un hospital también es un elemento a considerar?

Me he referido desde un comienzo a una de las defensas de la mente ante el dolor mental y que es la disociación. Creo que muchas veces no se aprovecha el material humano profesional del que se dispone por padecer dicho cuerpo profesional la tan mentada disociación “cuerpo-mente”. ¿Cuándo yo ,desde el comienzo de esta presentación, pongo énfasis en la importancia del “vínculo temprano” y del “psiquismo temprano”qué piensa mi compañero de equipo, neonatólogo?. He visto, en una institución privada, a una bebé prematura que había transcurrido un paro respiratorio que revirtió, todavía con la carpa de oxigeno de acrílico, succionando con fuerza un borde de dicha carpa, buscando mi mirada, y con gran vitalidad moviendo brazos y piernas. Pregunto por la madre y me dicen que no era la “hora de visita”, salgo y la encuentro, llorando en el pasillo, esperando. ¿El médico encargado estaría enterado de las necesidades emocionales de su pequeña paciente?¿Y de las necesidades emocionales de esa mamá? En otra oportunidad presencié la decisión de un jefe de neonatología de dejar a un bebe de tres kilos de peso y un apgar de 9-10, a que pasara la noche en la nursery, por haber nacido 15 días antes de tiempo ¡Para observación!!!! Me pregunto y les pregunto ¿De qué se trata esto? Comprendo la necesidad del profesional médico de disociar su mente para poder operar con responsabilidad sobre la vida y la muerte de un bébe, Pero hemos podido observar cómo el contacto piel a piel de bebé y mamá, con la contención del padre hacia ambos, ha evitado tan penosa circunstancia.

De los trabajadores sociales que conozco, creo que por su formación universitaria y por disposición personal a integrar lo mental emocional, lo corporal y lo social, están más capacitados para introyectar adecuadamente estos conocimientos. De todos modos, a pesar de las resistencias personales de algunos profesionales, creo advertir un avance en el establecimiento de otro tipo de medicina, más humana, más personalizada, sobre todo en las nuevas generaciones. Esto a pesar de los coletazos de la posmodernidad, que lleva a la vertiginosidad de las relaciones, la pérdida de la vinculación persona-persona, la caída de los valores y de la función primordial de la familia.

Esto último me hace llamarles la atención sobre la similitud de las patologías severas individuales como los rasgos autistas, el descontrol de los impulsos, la adicción a lo inanimado(drogas, tecnología), el sin sentido, la depresión y tantas otras, con los fenómenos sociales, cuyas características más frecuentes son de la misma categoría pero con el agravante que van insertándose en la cultura con valencia positiva. Quienes bregamos por la salud física y mental de las personas somos tildados muchas veces de anticuados o “dinosaurios.”

Para terminar querría hacer algunas sugerencias para que los agentes de Salud Mental puedan intervenir antes que se produzca la enfermedad, en ellos mismos o en sus pacientes.

Ø Trabajar en equipo interdisciplinario.

Ø Capacitar a los miembros del equipo, con profesionales especializados y con la modalidad seminario.

Ø Complementar esta capacitación con supervisión y discusión de casos.

Ø En Servicios de hospitales generales cuya tarea sea de alto riesgo emocional, para los integrantes del mismo, proponer realizar grupos operativos o bien recomendar psicoterapia individual o grupal.

Ø Ante la desintegración familiar existente, programar terapias de tiempo limitado intentando reunir al grupo familiar y darle orientación.

Ø Hacer grupos embarazadas y el seguimiento correspondiente en cada caso.

Ø Organizar grupos de reflexión para padres sobre la función materna y paterna.

Ø Grupos terapéuticos de niños y adolescentes.

Ø Promover la lactancia materna y la contención a la parturienta.

Podría seguir, porque es un tema inagotable, pero quiero destacar, que tengo conocimiento que en algunos establecimientos ya se están realizando estos trabajos, mas tendrían que generalizarse y convertirse en una política de estado y no depender de criterios personales de los directivos de turno.

Como deducirán de mis palabras puede haber muchas causas para enfermar pero evitemos lo evitable, vamos a poder evitar cuando podamos ubicar el problema para lo cual debemos aprender de manera integrada.

CONCLUSIÓN

Como definió la Organización Mundial de la Salud “La salud es un estado de completo bienestar” y agrega: desde el punto de vista físico, psíquico y social.

Ya no hay duda que estos tres aspectos van a comenzar a incidir desde el momento de la concepción. La Atención Primaria debe tener en cuenta los distintos factores que van a permitir un desarrollo normal desde las tres distintas áreas. Nos detuvimos en el hecho de que el solo alimento que nutra el cuerpo no alcanza, debe existir un cuidado especial en promover el vínculo emocional entre la mamá y el bebé, lo mismo propender a que esa díada esté contenida por el padre y demás miembros del grupo familiar.

Hicimos un recorrido entre algunos de los problemas psicopatológicos que pueden sobrevenir ante un comienzo disfuncional de la vida , advertimos la posible gravedad de los mismos, lo que redundaría no solo en el futuro individual de esa criatura sino también en el desenvolvimiento familiar, escolar y aún para la salud pública que se tendría que hacer cargo de su atención, a veces durante períodos muy largos.

Propusimos un trabajo mancomunado de los especialistas: médicos, psicólogos y trabajadores sociales, para que cada uno aporte y tome decisiones cuando la situación lo requiera, pero que tengan como referencia básica, para enfrentar los problemas ya producidos o para evitarlos, que el individuo es un ser integrado psico- bio- social.

Lic. Graciela Cañete.

Psicóloga-Psicoanalista.

Matricula 23.

Luzuriaga 263, dto. 4 Mendoza.

Tel. 4288646. Mail: gracielacc@arnet.com.ar

Porc1620528

HISTORIA SOCIAL DE LA INTIMIDAD

Mgter. Nicolás Lobos

Definición
Intimidad puede ser definida como uno de los espacios en los que transcurre la vida de las personas. Diferente del espacio laboral y del social, los sujetos transcurrirían parte de su tiempo en familia y en pareja, un espacio ligado al ocio y a los afectos, un refugio que nos aguarda mullido y tierno al final del día y de su lucha,  un lugar para el relax y el descanso reparador y salir la mañana siguiente a dar la batalla en la fábrica o en el mercado. En ese sentido Intimidad es –entonces- equivalente a Home sweet home.
También puede tratarse de esa serie de sentimientos, actitudes o estados anímicos como el pudor, la vergüenza, la discreción, la sobriedad, la reserva, el recato, el decoro, el disimulo, en fin, una cierta opacidad frente a la mirada y sensibilidad ajenas, un cierto cuidado para no ofender, alterar o incomodar a los demás. El prurito de evitar toda conducta, lenguaje o actitud desagradable a los otros o que pueda herir la moral pública. “Bajar la voz, desviar la mirada, cuidar las formas y entornar las persianas” podría ser un lema para la intimidad.
¿O tal vez sea, por el contrario, más que el cuidado por la sensibilidad ajena, el territorio de exclusión de los intrusos e indiscretos? Una reserva natural –digamos- que protege el ecosistema vulnerable que somos. Un lugar que nos preserva de las intromisiones maliciosas, de las opiniones socarronas y las críticas arteras, un espacio donde estamos liberados de las etiquetas, normas y contriciones sociales. En fin, un espacio a salvo del “qué dirán”. Algo así como un invernadero donde pudieran crecer las flores de nuestra individualidad resguardadas de los rigores del clima social. Un espacio donde el “yo” pudiera fortalecerse y expandirse, donde pudiera acunar sueños, anhelos y proyectos propios, amparado de la crítica ácida y de la envidia destructiva., una de las necesidades básicas de los seres humanos para su desarrollo.¿El lugar natural del florecimiento individual preservado del infierno, ese “infierno que son los otros”, como decía Sartre?