Desde la temática planteada en el último Simposio, “Lo femenino”, no he hecho más que pensar en los nuevos desafíos que tiene el arte en relación a las nuevas perspectivas de género y el auge del feminismo. Nos encontramos atravesando tiempos convulsos, de cambios paradigmáticos. Pienso en el matrimonio igualitario, el proyecto de legalización del aborto, entre los principales, y el auge de las políticas de derechos humanos. Es por eso que este trabajo intenta ser prácticamente una continuación de mi Trabajo “La Mujer en las Canciones de Rock Nacional. Una mirada Psicoanalítica”, presentado en el anterior Simposio y también intentar aportar más preguntas que respuestas.
Mi pasión por la música nacional y el cotidiano ejercicio de mi profesión, terminan siendo la conjunción perfecta para detenerme a pensar cada vez más en los posibles vínculos existentes entre las teorías Psicoanalíticas y lo literario que proponen muchas de las canciones que consumimos día a día.
Mucho se habla de la cosificación de la mujer en el arte, del repudio a las declaraciones consideradas misóginas, por lo tanto podemos pensar que hay una caducidad de una forma de hacer arte que parecería ser, no va más y me refiero más precisamente a la música, a una gran cantidad de letras de canciones que probablemente formaron parte de la banda sonora de nuestras vidas y que tarareamos muchas veces sin necesariamente interrogarnos sobre lo que el autor realmente estaba proponiendo.
Creo que los artistas tienen a partir de ahora el gran desafío de tener que reinventarse, en sus letras, en sus performances, en sus declaraciones, en sus estilos de vida, en fin y a esto me refiero con los bordes y desbordes. Me pregunto entonces, ¿Estaríamos hablando de una sublimación sublimada en el arte?, ¿Existen nuevos bordes en el arte? ¿Podemos pensar ahora en un código Superyoico explícito que es más bien una defensa reactiva a deseos hostiles y sexuales? ¿Es posible hablar de una parte del feminismo borderline, que se transforma en el aval de aprobación o desaprobación de toda manifestación artística? ¿Debe reprimir el artista toda alusión erótica, sexual, en sus canciones? ¿Qué consecuencias tiene esto al mejor estilo neurótico, pensando al arte en términos psicoanalíticos ¿? Se generan nuevos malestares entonces?
RESUMEN
Lic. Martín Manquepi
Sobre el autor