PERSONALIDAD BORDERLINE

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PERSONALIDAD BORDERLINE

Dr. Fernando Grinberg- Sociedad Psicoanalítica de Mendoza.

La personalidad borderline o limítrofe tal vez sea el trastorno menos definido, el más oscuro, el  menos preciso de la psicopatología. Es más, hay autores que niegan su existencia, señalando que constituyen una suerte de “cajón de sastre” de aquellas patologías que no pueden ser encasilladas en ninguna clasificación. De allí que las definiciones de distintos autores varíen según la óptica con la que el cuadro ha sido estudiado, pero encontraremos en todas ellas algunos puntos de coincidencia.          Carlos Alberto Paz Carrillo, psiquiatra y psicoanalista español con amplia experiencia en el estudio y tratamiento de los casos borderline dice: “… paciente borderline, casos borderline, estructuras fronterizas o estado límite, son denominaciones y diagnósticos encontrados permanentemente por el psiquiatra o el psicoanalista, pero no hay un acuerdo o hay diversos criterios sobre la estructura patológica a la que aluden y menos a los supuestos teóricos que subyacen a estos cuadros”.            Así como la mayor parte de los términos de la psicopatología que usamos los psicoanalistas proviene de la psiquiatría clásica, en este caso, borderline, es de cuño psicoanalítico tomado posteriormente por la psiquiatría.

Definiciones de algunos autores

JOHN STEINER. Para este psiquiatra y psicoanalista de la Clínica Tavistok, de Londres, “los pacientes limítrofes o borderline son aquellos que entran dentro del área fronteriza situada entre la psicosis y la neurosis en tanto parecen conservar el contacto con la realidad y no son formalmente psicóticos pero parecen sufrir ansiedades de proporciones psicóticas y de emplear mecanismos mentales primitivos para manejarlas.”

LAPLANCHE Y PONTALÍS (1973). Dan esta definición de fronterizo: “Término empleado casi siempre para designar perturbaciones psicopatológicas que están situadas en la frontera entre neurosis y psicosis, sobre todo aquellas esquizofrenias latentes que presentan un conjunto de síntomas aparentemente neuróticos”.

MOORE Y FINE. “Un término descriptivo que designa un grupo de condiciones que manifiestan fenómenos tanto neuróticos como psicóticos sin entrar de manera inequívoca en ninguna de esas dos categorías diagnósticas”

ANDRÉ GREEN. “Ser un fronterizo da a entender que una frontera protege al self de pasar al otro lado o de ser cruzado, de ser invadido, con lo cual uno llega a ser una frontera móvil (no digo tener sino ser esa frontera). Esto, a su vez, supone una pérdida de distinción entre espacio y tiempo.”

OTTO KERNBERG.  Psiquiatra y psicoanalista austro-chileno-norteamericano. Es tal vez el principal referente actual en patología borderline. Dejaré para más adelante su definición  que es muy amplia y abarcativa. Al parecer hay un acuerdo general en cuanto a la intensidad de las reacciones contratransferenciales que generan en los psiquiatras y terapeutas que los tratan. Hacia 1956, “El hombre de los lobos”, fue considerado como un caso borderline. Lo mismo se pensó del caso Dora. Entre los más antiguos datos tendientes a aislar esta patología de otras con las que podía confundirse nos encontramos con la descripción del inglés Hughes, en 1884, que describe “el caso fronterizo de la locura comprende numerosas personas que pasan su vida entera cerca de esta línea tanto de un lado como del otro”. En una dirección parecida se expide otro autor inglés, Rosse, en 1890, quien señala que en los estados fronterizos se incluyen las obsesiones severas, compulsiones, fobias, histeria y neurastenia. La utilización formal del término arranca desde entonces aunque sin un acuerdo sobre las particularidades de las perturbaciones de esta entidad nosológica. Para mencionar algunos autores que se sucedieron en la descripción de este  cuadro cabe nombrar a algunos clásicos como Bleuler y Kretshmer y luego Minkowsky, Helen Deutch, Fenichel, Federn, Searles y otros. Fenichel, en “Teoría psicoanalítica de las neurosis” dice bajo el subtítulo “Casos marginales” (en el capítulo destinado a las esquizofrenias) “Hay personas neuróticas que sin hacer una psicosis completa tienen ciertos rasgos psicóticos, o una facilidad especial para el empleo de mecanismos esquizofrénicos cada vez que padecen una frustración”.           La primeras descripciones sistematizadas de los cuadros borderline corresponden a Stern y Robert Knight (1938), pero el interés por esta patología se incrementó a fines de la década de los ´60 con los estudios de Otto Kernberg, quien junto a James Masterson y sobre la base de una amplia experiencia en instituciones hospitalarias, propusieron que podían curarse con psicoterapia intensiva a largo plazo o internación. Hoy sabemos que estos pacientes deben ser tratados con psicoterapia dinámica (modificada por Kernberg y otros psicoanalistas) o con psicoanálisis clásico (Herbert Rosenfeld, H. Segal, Peter Giovacchini, etc.). Con frecuencia estos pacientes deben ser medicados.  Algunas veces requieren internación como en casos de gran agresividad con riesgo para terceros, intentos de suicidio, drogadicción concomitante, etc. Desde la fenomenología, con las investigaciones de Roy  Grinker y John Guiderson, pudieron precisarse características específicas de esta patología y se convirtieron en criterios diagnósticos.Actualmente se habla de influencias genéticas inespecíficas, concepto que no ayuda a la comprensión de la génesis del cuadro, en cambio se está poniendo mucho énfasis en las perturbaciones del psiquismo temprano.

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