PROCESOS DE TRANSMISIÓN DEL CONOCIMIENTO

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PROCESOS DE TRANSMISIÓN DEL CONOCIMIENTO

Autoras: Lic. Sofía Arcardini de Boccardo – Lic. Isabel Valla de Domenech

“ Un enlace entre la continuidad y la discontinuidad”

Para hacer nuestro aporte al homenaje que hoy nos convoca, nos pareció muy significativa la obra de Bernini: “Eneas, Anquises y Ascanio” (1618-1619).  Es un grupo escultórico que representa a Eneas huyendo de la ciudad de Troya, luego de haber sido destruida, cargando en su espalda a su padre Anquises que está ciego como consecuencia de un castigo de Zeus y, caminando junto a él, va su hijo Ascanio. Anquises sostiene los penates, dioses protectores de la familia y del estado,  mientras que Ascanio lleva el fuego sagrado del hogar. Eneas transporta la historia, sostenida por su padre, que será transmitida a través de la descendencia por su hijo Ascanio.

Eneas, luego de la caída de Troya, huye a Sicilia. Con posterioridad, sus descendientes, Rómulo y Remo, serán los fundadores de Roma. Así el entramado entre la cultura helénica con la cultura romana da origen a nuevas significaciones. La caída del Imperio Griego deja el espacio para una nueva fundación. Todo el conocimiento que creció en la Grecia de Pericles  es el fundamento de los nuevos saberes.

Este mito de fundación, nos recuerda a Mario, quien junto a algunos de sus maestros de la Sociedad Psicoanalítica, formó parte del conjunto de fundadores de la APPFG que nos dieron la mano  en el trayecto hacia el aprendizaje. Mario, entre otros, nos trajo los conocimientos que se fueron amalgamando con los nuevos aportes. Quizás es un buen momento para recordarlo, ya que este año nuestra asociación cumple veinticinco años, desde que se organiza de manera autónoma como institución.

En la Grecia antigua, la representación teatral de las tragedias, era un modo de elaborar “las situaciones traumáticas sociales y, más en general, los grandes conflictos del hombre y la cultura”  Actualmente sabemos que los espacios de intercambio intersubjetivo en general posibilitan que, a través de la palabra, se pueda ligar, contener las experiencias que implicaron a sus integrantes.  En este marco, Kaës  remarca la función del preconsciente. Lo considera un producto de la intersubjetividad. Destaca que ofrece a los sujetos las condiciones necesarias para reactivar la actividad de simbolización cuando ésta resulta inaccesible. El sujeto en la intersubjetividad intercambia palabras e imágenes que, ligadas a los afectos y vivencias, posibilitan el trabajo de ligadura y transformación. “La actividad del preconsciente del otro es particularmente estimulada en las experiencias de crisis, cada vez que el preconsciente del sujeto no es capaz de mantener los vínculos de las representaciones de cosas y las representaciones de palabras con los afectos correspondientes”

La ausencia de Mario provocó un fuerte impacto en nuestras instituciones, por lo que pensamos que este encuentro, en un intercambio institucional y multipersonal, puede permitirnos, quizás a cada uno de distinta manera,  un trabajo de elaboración.

El grupo, actúa como continente, en especial ante experiencias que agujerean las envolturas psíquicas, cumpliendo la función de reverie grupal, a la que Francisco Corrao (1981) nomina “función gama”. El grupo ayuda, al modo de una madre con su bebé, a dar y encontrar un sentido a emociones, que pueden ser intolerables o difíciles de tramitar, a la vez que proporciona diferentes modelos de cómo resolver los problemas. Esta es  la función metabólica del pensamiento de grupo. Este autor,  considera que el encuentro intersubjetivo puede cumplir  una función  análoga a la función alfa en el sujeto, colaborando en desintoxicar a “la mente del individuo de tensiones, de ansiedades y angustias” .

Del tiempo del mito al tiempo en la actualidad:

El mito de Eneas, muestra la despedida del lugar que construyeron sus ancestros y el proyecto de fundación del nuevo asentamiento. Marca una discontinuidad entre un antes  y un después, necesaria para poder construir lo nuevo. Pero ¿acaso no es esto lo que sucede con los aprendizajes de la vida? Poder tolerar aquello que no está, elaborar la ausencia, es lo que permite que ese espacio vacío pueda ser llenado con contenidos inéditos.

En el mito, entre los dioses protectores de la familia que trae Anquises y el fuego sagrado del hogar que transporta Ascanio, se genera el interjuego entre un continente, que  protege, y un contenido, que lo llena con el fuego sagrado. Este movimiento vital da calor, ilumina, haciendo referencia quizás al conocimiento y a los sentimientos que lo acompañan. Es la generación más joven la encargada de su traslado, dando cuenta de una continuidad en el futuro del conocimiento. Esto supone la coexistencia entre el aval otorgado por la generación que precede, que cede a la siguiente la responsabilidad de la empresa y la disponibilidad de la generación que sucede en continuarla, como eslabones de una cadena que se proyecta hacia adelante.

La mirada velada de Anquises, determina que sea su hijo Eneas quien elija el camino a seguir. Eneas, sostiene en su espalda a quien  porta los dones del pasado, pero sólo sus propios ojos le pueden indicar cómo continuar. Nos parece un hecho significativo que, si bien transporta  la herencia, será Eneas el encargado de poder insertarse en la realidad según su propio punto de vista. Si lo trasladamos a un vínculo de enseñanza-aprendizaje, nos hace pensar en la importancia de una mirada velada, la que al mismo tiempo que acompaña con los conocimientos familiares, permite que cada uno elija  su  rumbo facilitando adueñarse de los conocimientos según el propio vértice de observación. A partir de esto podemos establecer una diferencia entre transmitir conocimientos, al modo de una mirada única  que se duplica, y el ofrecer una experiencia de aprendizaje,  que implica una construcción en donde se entrelazan lo que se recibe, con lo propio de cada uno.

Kaës, en su libro “Le Malêtre”, retoma citas de Freud. Una de ellas se refiere a versos de Goethe: “Lo que has heredado de tus padres, a fin de poseerlo, consíguelo”. Lo que se recibe en herencia, se puede poseer a partir de la propia acción, con lo que se diluye una concepción determinista,  lineal, de pensar la causalidad; lo que se hereda no se convierte en una mera repetición del pasado. La transmisión, en este caso, se da en un sujeto activo, un Yo creador de lo que se recibe  a través de una cadena generacional, de la “que es enlace, el servidor, el beneficiario y el heredero”. Cada sujeto, es heredero del legado de los antepasados pero, a su vez, con ese capital, construirá su propia historia: “…somos herederos pero también somos fabricantes de la herencia”. Kaës también afirma que lo que se experimentó es pensable y puede ser  atravesado por el determinismo de la prospectiva. En este sentido, imaginar al futuro tiene un efecto sobre el pasado y el presente. Éste deja de ser una mera repetición del pasado y el futuro introduce el tema de lo indeterminado, de lo probable. Así aquellos que nos preceden pueden ser pensados por nosotros en un futuro, y no sólo como causa de nuestro presente. Nos permite abrirnos a la posibilidad de pensar en la transmisión afectada por la transformación.

Es importante resaltar que dentro de los procesos de transmisión está, no solamente aquello que apunta a la continuidad, sino que  también hay un encuentro con la discontinuidad, con los obstáculos, las lagunas, las fallas y los conflictos. “Cada generación deja a la siguiente un resto a pensar y restos impensados”  (Le Malêtre). Desde esta perspectiva, la ceguera de Anquises puede ser entendida,  como aquello que no pudo ser abordado por esa generación, es decir lo que no pudo ser visto, pensado, comprendido o lo que queda como evidencia de un conflicto. Es inevitable que aquellos que han padecido situaciones traumáticas, conviertan a sus descendientes en receptores de angustias, de silencios, de lo no comunicable. Al pensar esta idea nos parece interesante la perspectiva de  Evelyn Granjon al relacionar  los elementos beta de Bion con aquellos afectos en bruto, sin transformación que se transmiten de generación en generación.

Toda fundación supone un ideal, anclaje necesario para sostener la realización de un proyecto que incluye la noción de futuro. La desaparición del fundador, aquel instituyente garante de lo instituido, suscita ansiedades. Es por eso que  en una institución, ante la pérdida de uno de sus pilares, adquiere relevancia el tema de transmisión. ¿Cuál es la herencia que queda, qué efecto tiene esta herencia en los seguidores, cómo se hace el reparto o su distribución? El reparto, dice Kaës es el rasgo específico de la comunidad de hermanos y hermanas, y es también la fuente de sus desgarramientos . Este autor nos dice que ante la muerte de los padres, los hijos se enfrentan con el trabajo psíquico de la herencia que forma parte del trabajo del duelo. Una mala elaboración puede hacer tambalear el pacto entre hermanos que contribuye  a establecer un límite al exceso, a impedir la rivalidad y ansias de muerte propias del triángulo edípico. Esta fractura puede conllevar el peligro de un retorno de la envidia, del odio, de los celos.

Para Kaës, el complejo fraterno  es uno de los organizadores de los vínculos en los grupos. Es por esto que la envidia y los celos, herederas de este complejo,  se hacen evidentes como parte de los conflictos intersubjetivos.  Por lo tanto, debemos estar atentos  a su despliegue en los escenarios institucionales, en donde con frecuencia se hacen notar. Es allí, donde al igual que en las familias, el componente narcisista puede plasmarse a través de una  de las figuras mencionadas por el autor recién citado: “el fantasma  del heredero privilegiado”. Con él hace referencia a aquél que se coloca en el lugar del heredero legítimo en detrimento de otros considerados ilegítimos, queriendo proteger el lugar de “ser único”, a veces complementariamente otorgado,  lo que lleva a  sostener rígidamente ese lugar, roles y funciones con exclusión y desvalorización del resto.

 

EL FUTURO DE LA TRANSMISIÓN

Eneas, “el último troyano”, representa la cultura greco-romana. Pero también es un modelo que nos permite pensar en la conjunción que da vida al  proyecto de este personaje mítico, en una síntesis capaz de integrar el pasado, con los aportes del viejo Imperio, y lo nuevo.

El pasado puede ser recreado en su encuentro con lo nuevo,  en una apuesta al futuro proyecto. Esto marca, la coexistencia  de diferentes dimensiones temporales que pone a disposición diversos vértices desde donde abordar la realidad. La diferencia marca la ruptura de algo homogéneo y nos introduce en el tema de la discontinuidad. La discontinuidad, ha permitido generar un modelo cultural diferente, que contiene la experiencia de lo ya transitado pero que es al mismo tiempo abierto e incierto.

El espacio interno que deja lo que ya no está, puede convertirse en un lugar a ser llenado con nuevos pensamientos… ¿No es eso la vida? Así como el árbol caído sirve como fertilizante para los que están por crecer, como parte inevitable de un ciclo vital que nos confronta además con la finitud, la herencia de aquellos que nos dejaron sirve como nutriente que puede transformarse en  ideas novedosas. Sin embargo, de cada uno de nosotros depende el destino que le podemos dar al legado recibido. Sabemos que una parte es pasible de transformarse  en nuevos desarrollos. Pero también debemos tolerar que una parte quede esperando la posibilidad de un crecimiento en futuras generaciones y que un margen quizás quede sin poder encontrar las palabras que le den vida. Esta es nuestra herencia y nuestro desafío que para emprenderlo es necesaria la existencia de vínculos, tanto los internos  como los externos, es decir aquellos construido con otros ya que con los aportes de varios se pueden lograr síntesis novedosas. No tiene que ver con la cantidad de personas que se reúnen, sí con la cualidad del vínculo construido, que deje abierta la posibilidad de pensar en conjunto.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

  • Aulagnier, P. (1979). Destinos del placer. Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina.
  • Kaës, R. (1976). Crisis, ruptura y superación. Ediciones Cinco. Bs. As. 1988.
  • Kaës, R.; “Le Malêtre”, Dunod, Paris, 2012, cap 10: Le temps de l´urgence, l´espace délocalisé.
  • Kaës, R.; “La palabra y el vínculo”; Sobre la formación del preconsciente y su trabajo específico en la intersubjetividad; Cap. 7 (pág.270); Amorrortu editores, Bs As, 2005
  • Lucila Edelman, Diana Kordon . Trauma social: trabajo elaborativo en grupos de reflexión Psicoanálisis e Intersubjetividad Nº5
  • Neri, C.; “GRUPO –Manual de psicoanálisis de grupo”, Función terapéutica del pensamiento de grupo, Cap. Décimo.  Pág. 129) ; Nueva Visión; Buenos Aires, 1997

 

 

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